Ser del Barça

En ciertos momentos y en ciertos lugares, es difícil ser del Barça. Tristemente, el devenir de la Historia de este país llamado España ha hecho que se entremezclen el fútbol y la política, el separatismo y el deporte. Es célebre, en este sentido, la eterna rivalidad entre nuestros dos equipos más representativos, el Real Madrid y el Barcelona. No es sólo el contraste entre el blanco impoluto y el blaugrana de rayas de ancho cambiante; mucho más que éso, se trata de la eterna competitividad entre el centralismo y la descentralización, entre el Estado totalitario y el modelo pseudo-independentista, entre la "opresión" del idioma oficial y la "libertad" de la lengua vernácula alternativa. Nos guste o no, nuestra sociedad, en líneas generales, entre quienes simpatizan con uno u otro club, pues el hecho deportivo está tan politizado y tan enrarecido que muchas, demasiadas personas, tan sólo esperan contemplar cómo el Barça muerde el polvo, y ello debido a que (supuesta y teóricamente) simboliza el espíritu de la Cataluña que no quiere pertenecer a España, agravio para el cual se erige el Madrid como legítimo vengador. Yo, para bien o para mal, soy culé. Desde los tiempos del mítico Johan Cruyff (y de Neeskens, Sotil, Asensi, etc…), ha sido el equipo de mis amores y de mis ilusiones, de mis satisfacciones y de mis frustraciones. Y no hablo apenas catalán ni tampoco soy partidario de la independencia a cualquier precio. Es tan sólo una cuestión de amor propio, de fidelidad a unos colores, incluso (casi siempre) a un cierto estilo de juego. Creo que se equivocan quienes piensan que todos los culés somos “catalanistas” y “antiespañoles”, como también se equivocan los dirigentes barcelonistas que se empeñan en que ser del Barça te obliga poco más o menos que a cantar cada mañana Els Segadors. Qué aburrido y exasperante es oir, una y otra vez, cómo se mezcla machaconamente el fútbol con la política, de la forma más estéril y reiterativa posible. Sé que parece que de niño me vacunaron con una aguja de tocadiscos y por éso me repito tanto, pero vuelvo a decir que yo soy del Barça porque en él jugaron Cruyff y Maradona y Ronaldo, porque en él ha explotado la magia de Ronaldinho, de Messi y de Iniesta, porque también tenemos a Xavi, a Puyol y, sobre todo, a Pep Guardiola, y porque, desde siempre, este club ha tratado de mantener un estilo de juego alegre y ofensivo. ¿Qué tiene que ver éso con que el estadio en el que tienen su sede esté ubicado en una ciudad y en una comunidad autónoma en las que muchos ciudadanos se expresan en un idioma diferente al del resto del Estado español? Yo soy del Barça porque sí, porque me gusta serlo, porque no puedo evitarlo… y porque me da la gana, o, mejor dicho, la blau grana.

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