¿Qué hacemos con... Hleb?
Hoy que no hay grandes noticias respecto a fichajes, ni por parte del Barça ni de sus poco deportivos rivales, podemos hablar un poquito de los excedentes de nuestra actual plantilla. Para empezar, podríamos referirnos a un señor bielorruso llamado Hleb, Alexander Hleb, que mucho me temo que ha sido uno de los mayores fiascos de los últimos años. No recuerdo un jugador que haya dado menos rendimiento al club desde Santi Ezquerro, y me da algo de pena porque Hleb, en el fondo, no me cae mal. Es un chico desgarbado, pálido y pelirrojo que, por su estilo de juego, podría pasar por un Messi postsoviético... si no fuera porque, tras la primera carrera y el primer regate, o bien cede la pelota a cualquier compañero que le alivie de la responsabilidad de seguir jugándola, o bien la pierde ante el segundo defensa del que no puede zafarse, o, más bien, acaba, cuan largo es, tendido en el suelo. Supongo que Txiki vería en él algún atributo que le hiciera interesante para el equipo, y hay que reconocer que Guardiola es valedor (¿admirador?) suyo y no duda en darle minutos cada vez que se tercia, a veces en detrimento de Bojan (de éste hablaremos, también, un día de éstos). Pero Hleb, quien, por lo visto y oído el otro día tras la Final de la Copa del Rey, se ha integrado tan poco en nuestro equipo y nuestra sociedad que ni siquiera chapurrea el español (y dudo mucho que domine el catalán), me temo que debería ser moneda de cambio para la contratación de cualquier otro futbolista que venga dispuesto a adaptarse a nuestro estilo de juego y, si es posible, marque algún golito que otro. Si, además de éso, se dignara a aprender el idioma, ya sería alucinante.
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