Últimos cartuchos
Ultimamente, escribir sobre el Barça es lo más parecido a escribir necrológicas, pseudo literatura, por cierto, que antaño era todo un arte. Y es que, a pesar de que Xavi quiso tranquilizar a la culerada con el anuncio de su cambio de opinión con respecto a su marcha anunciada, veo muy pocos motivos para estar tranquilo. La derrota con el Girona (otra vez por 4-2) nos ha desprovisto de la segunda plaza en Liga y tal vez nos impida jugar la próxima Supercopa. Encima, al acabar el partido, nos regaló una rueda de prensa rocambolesca (otra más) en la que afirmó haber sido superior a los gerundenses (y también a los madridistas, no te lo pierdas) y, por si fuera poco, le echó la culpa de la debacle a la “inmadurez” de los jugadores más jóvenes. Lo he dicho muchas veces, Xavi, como centrocampista, como creador de juego, me pareció el mejor de la Historia y, como persona, me cae muy bien también, pero esas bravuconadas que no puede respaldar con hechos me sientan como una patada en el