El Diario As (lamentablemente, el único periódico deportivo que tengo ocasión de leer mientras desayuno) sigue calentando motores con respecto a la más que probable nueva elección de Florentino Pérez como máximo dirigente de la Casa Blanca, lo cual conllevaría la contratación (¿o deberíamos decir robo o secuestro?) de una constelación de estrellas futboleras que supuestamente estarían deseosas de iluminar con sus brillos el Santiago Bernabeu. Kaká parece hecho, Cristiano también, así como Xabi Alonso, y sigue hablándose de Silva, Villa, Messi y Ribery. Está claro que el Valencia tiene que vender jugadores si quiere subsistir, pero sus dos Davids (Silva y Villa) han declarado que no quisieran tener que abandonar el club valenciano. Sin embargo, al igual que sucediera con Messi anteayer, la visita de Villa a la capital de España alimenta las habladurías y la rumorología. El dice que acudió a comprarse un traje para la boda de su cuñado; el panfleto pseudodeportivo da por hecho que formará parte del nuevo proyecto de Floren. ¿Y Ribery? Desde hace meses vengo oyendo hablar de que el Barça estaba siguiendo a este jugador, y el rotativo catalán El Mundo Deportivo comunicaba hace tres semanas que ya estaba "atado". Tampoco hay que olvidar que, al final del partido de cuartos de final contra el Bayern, el club en el que todavía milita, Ribery se puso la camiseta del Barcelona (creo recordar que intercambiada con la de Abidal) y, al día siguiente, en el aeropuerto, se hizo fotos con Messi y Guardiola. Su voluntad de hacerse culé y su supuesto pre-contrato parecían ambos reales, mas, de repente, esas ataduras no existen y los merengones ya se frotan las patitas pensando que el futbolista más feo del mundo (o éso dice mi hijo) va a lanzarse en brazos de Super Floren. Lo digo todos los días y lo repito hoy: me repugna, y no sabéis cuánto, que las personas tengan una voluntad y expresen un sueño, y que luego un montón de euros puedan cambiarlo todo. Y, lo siento por quien se ofenda, pero me repugna aún más cuando esos euros vienen de donde vienen.
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