Las declaraciones de Messi

No me han gustado nada las desafortunadas declaraciones de Leo Messi en las que aseguraba que "cambiaria todos los títulos cosechados con el Barcelona por ganar el Mundial con Argentina". Leo, Leo, Leo, te has metido tú solo en un lío del que no se sabe cómo vas a salir. Tal vez, si el juego de la Pulga vuelve a recuperar su esplendor perdido (hace ya demasiadas semanas que Messi no es ni la sombra de sí mismo), esta estúpida salida de tono digna del peor Eto'o se olvide sin consecuencias. Pero si, con toda la pasta que se lleva el chaval a cambio de utilizar a nuestro club como terapia para solventar las neuras que las estupideces de Maradona le provocan, Lionel persiste en su preocupante crisis psicofutbolística, más de uno le dirá que, si tanto le debe al país que le vio nacer, bien podía pedirle a cualquier equipo de allá (Boca, River o quien sea) que le pague lo que el Barça le está pagando. Está muy feo que un futbolista en activo, que no deja de ser un trabajador a sueldo de un empresa que es quien le cubre los gastos y le asegura que no le falten las habichuelas a final de mes, declare públicamente que prefiere un premio para su país de origen antes que los que ya ha recibido gracias a que juega en un club que ha sido quien le ha formado como persona y como futbolista y que ha sabido sacarle un rendimiento que en la albiceleste no pueden igualar. Yo, como persona, entiendo que la presión a que se ve sometido el pobre chaval (sus compatriotas le acusan de que juega más y mejor con el Barça que con la Selección, y el impresentable de Maradona no se cansa de repetir que Leo debería comprometerse más) le lleve a proferir a diestro y siniestro declaraciones de amor tan apasionadas como ésta, pero, como culé, me siento notoria y profundamente ofendido.