Mi blog azulgrana

Mi padre, madridista-pero-menos, lo dice así de claro:   "El Barça ha cometido un error garrafal fichando a Villa".   Yo quizás no lo expresaría de ese modo, pero lo que es cierto es que, desde la temporada en que ganamos los seis títulos, nuestra eficacia goleadora ha ido cayendo en picado.   Una de las posibilidades a tener en cuenta es la de que lo que fue un error brutal fue dejar escapar a Samuel Eto'oo, un bocazas fuera del campo pero que dentro de la cancha se hinchaba a marcar goles;   también es posible que, al igual que sucedió con el cada vez más repelente Ibrahimovic, las características futbolísticas de Villa, por muy bueno que sea el jugador en sí mismo, no acaban de permitirle brillar en el seno de este equipo.   Otra probabilidad que quisiera descartar es la de que el pobre ya haya entrado en su fase de decadencia, etapa en la que todos los seres humanos, en su profesión particular, entran tarde o temprano.   Sea por lo que sea, por las razo...

Como todo el mundo sabe, soy barcelonista convencido, culé hasta la muerte, pero estoy viendo cosas que no me gustan.   Cada día que pasa, las ilusiones depositadas en el nuevo presidente Sandro Rosell se van difuminando, deteriorándose...   extinguiéndose.   Creo que no se están haciendo las cosas bien.   En estos ciento y pico días hemos tenido ocasión de contemplar muy pocos éxitos deportivos pero muchas circunstancias desagradables.   La devolución de la insignia como Presidente de Honor de Johan Cruyff supuso un punto de ruptura para la unidad del barcelonismo, pero éso no fue nada comparado con la publicitación de la "due dilligence" que concluyó en la Asamblea del sábado pasado en la que una mayoría simple de socios votó llevar al ex-presidente Laporta a los tribunales.   Por cierto, en dicha Asamblea el presidente Rosell, el máximo impulsor de la moción contra su antecesor, no se atrevió a señalarle directamente con el dedo y prefirió votar en blanc...

¿Qué diablos está pasando?   Por mucho que hablen los jugadores, yo diría que lo que sucedió ayer es un síntoma clarísimo de falta de ambición, de falta de ganas, de falta de actitud.   No es normal que se produzcan tantos y tantos fallos en todas las líneas, desde la primera hasta la última.   Vale que no estaba Xavi, pero Iniesta jugó casi todo el tiempo en el centro del campo, y se supone que donde Andrés puede explosionar mejor es ahí y no como cuando juega de falso extremo.   Vale que no estaba Busquets, pero estaba Mascherano, cuya misión es, precisamente, ser el sustituto de Sergio.   Vale que no estaba Villa, pero, leche, estaba Bojan, que en los últimos partidos de la temporada pasada marcó tantos goles que sentó en el banquillo a Ibrahimovic.   ¿Cómo se explica, por un lado, la imprecisión en el remate y, por otro, la pésima defensa de los corners, los errores infantiles de Milito e incluso Piqué?   Algo está fallando, y el epicentro no está ...