Un año más con Pep


¡Pep Guardiola dirigirá al Barça, como mínimo, durante un año más! Y yo, que me alegro… Sobre todo, por el empacho de protagonismo que se le ha venido otorgando al responsable de las Seis Copas. Cuando no hay noticias deportivas, los periódicos especializados en tal ámbito tienen que buscarse la vida. Y ¿qué es la vida sin morbo? Desde hace demasiado tiempo, no dejaba de hablarse de la renovación de nuestro técnico. Pero ¿por qué era tan importante la continuidad de quien dirige el vestuario del Camp Nou? Centrémonos. En los últimos dos años de Frank Rijkaard, el Barcelona fue un equipo perdedor (como todo aquél que no gana los títulos para los que ha sido construído). Sus jugadores habían perdido el hambre, la furia, la motivación. Pero llegó Guardiola y lo cambió todo. Mantuvo a la práctica totalidad de la plantilla y, sin embargo, les convirtió en hombres diferentes. Y nos trajo los títulos. Y nos devolvió la gloria. Y nos regaló el orgullo de ser culés. Creo que todos queríamos que Pep se quedara. Se quedara por muchos años. Pero ¿nos ha importado realmente lo que él quería, lo que él sentía, lo que él necesitaba? Yo amo al Barça, como, supongo, todos vosotros que me leéis, pero ¿cuántos de vosotros estaríais dispuestos a vivir como vive Pep? Se dice que se obsesiona con la preparación de cada partido, visionando cientos de videos de sus rivales. Trabaja más horas de las que tiene el día. Deriva sus hobbies musicales particulares a la motivación de sus pupilos. Ejerce de psicólogo tratando de mimar y proteger a unos futbolistas que para él son simplemente "sus muchachos". Se reúne periódica e individualmente para cenar con determinados jugadores a quienes cree que debe de ayudar específicamente. En consecuencia, prácticamente carece de tiempo libre, ya ni se acuerda de lo que es disfrutar de descanso o simplemente de vida privada. No cabe duda de que 2009 ha sido un año mágico e irrepetible en el que todo ha salido perfecto. Pero ¿qué pasará cuando vengan más derrotas, más eliminaciones, más fracasos? ¿Se puede resistir tanto trabajo, tanta presión mediática, cuando no se tiene la recompensa de los títulos? Por si fuera poco, Laporta se había propuesto asegurar a toda costa su renovación, como broche de oro a un mandato que históricamente le ha convertido en el Presidente con más éxitos deportivos. Pero ¿acaso deseaba Guardiola seguir asociado a Laporta, incluso a su legado? ¿Hasta qué punto un catalán, que, al fin y al cabo, cuando era futbolista, defendió decenas de veces la camiseta española, quiere continuar vinculado a tan exaltado separatista? Yo lo he dicho alguna vez: entiendo perfectamente a Pep cuando decía que no tenía prisa por renovar, cuando apuntaba a que su continuidad dependía del nivel de entrega de los jugadores, cuando insinuaba que quería esperar hasta conocer el nombre del nuevo Presidente. Sandro Rosell, el favorito, dijo que quisiera hacer de Guardiola "el Ferguson" del Barcelona, convirtiéndole en más que un entrenador: un mánager general, el máximo responsable de la parcela deportiva. Si sólo de Pep dependiera, ¿seguiría pavoneándose por ahí ese señor algo inepto que se hace llamar Txiki y se apellida Begiristáin? La última intentona de Laporta, apelar a su sentido de la responsabilidad, al afirmar que, como máximo en Semana Santa, el club necesitaba conocer su decisión, con el fin de planificar adecuadamente la próxima temporada, parece que ha surtido efecto. También Xavi y Puyol, en los últimos días, se habían pronunciado claramente en el mismo sentido: la posible marcha de Guardiola les producía una indescriptible ansiedad, mientras que su renovación les llenaría de paz y sosiego. Una vez el técnico de Santpedor ha exteriorizado su determinación, la balsámica tranquilidad debería aposentarse en Can Barça, al tiempo que los diarios deportivos madrileños tendrán que buscarse nuevos cadáveres putrefactos que desenterrar, nuevos montones de mierda que remover.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El adiós de Xavi

Demasiadas excusas

Fin de año futbolístico