¡Qué orgullo haber caído así!

El triplete es irrepetible. Ahora no se trata de una introspección hábilmente urdida para liberar a los jugadores de sofocantes responsabilidades, sino de una realidad matemática. Y, sin triplete, tampoco habrá sextete. Pero no hay que estar tristes por lo sucedido anoche en Sevilla. Al contrario, yo me siento más orgulloso que nunca de ser del Barça. Porque quienes cayeron gloriosamente en octavos de final de la Copa del Rey no fueron responsables de la eliminación, y ni siquiera creo que los Chygrynskiy, Márquez, Thiago y compañía que fueron vapuleados por los sevillanos en el partido de ida fuesen totalmente culpables. No, la responsabilidad y la culpa le corresponden a Pep Guardiola, por presentar una alineación disparatada e impotente en el Camp Nou. Mas ¿cómo reprocharle nada, ni siquiera éso, al hombre que nos ha devuelto la dignidad y nos ha hecho saborear la gloria? Nadie puede ganar todo siempre, ni siquiera los dioses con toda su omnipotencia. No hay que dramatizar. No hay que traumatizarse. El propio Pep ha expresado, con menos florituras, lo mismo que yo siento: "No puedo estar demasiado triste porque estoy tremendamente orgulloso de mis jugadores". Porque anoche, sobre todo durante la segunda parte, resucitó el Barça invencible, el Pep Team de ensueño. Todavía me erizo de pensar en cada obra maestra que pintamos sobre el lienzo encharcado que era el Sánchez Pizjuán. Todavía me emociono al recordar cómo cayó mi Barça, jugando una vez más el mejor fútbol que yo he visto jamás. Qué maravilla, amigos y amigas. Qué heroísmo el de Puyol, qué talento y que precisión los de Xavi e Iniesta, que entrega la de Busquets, qué fuerza sobrehumana la de Alves, qué habilidad la de Messi. Sí, el Barça invencible, el Barça que no fue vencido por un equipo vestido de blanco, sino por uno que lució los colores blaugranas una semana antes y que no pudo estar a la altura de lo que de él se esperaba. Fue el Barcelona el único que frenó al Barcelona, pero perder una eliminatoria jugando como se jugó ayer no puede ser sino motivo de infinita satisfacción. ¡Visca siempre el Barça!

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