Mi blog azulgrana

Podríamos decir, y con toda la razón, que el Barça cayó ayer con mucha más dignidad y jugando mucho mejor al fútbol que el Real Madrid cuando fue eliminado por el Alcorcón y, posteriormente, por el Olympique de Lyon. Podríamos decirlo, y sería verdad, pero no sirve de nada. Nuevamente el odioso y odiado Mourinho le ganó la partida a Guardiola. Nuevamente el Inter hizo mejor su trabajo que el Barcelona el suyo. ¿Hay alguno de vosotros que opine lo contrario? Es verdad que los azulgrana quisieron jugar y los interistas se limitaron a enrocarse y parapetarse ante su portería, practicando un antifútbol tan efectivo como sonrojante... pero de éso se trataba, ¿no?. Contraviniendo lo expuesto horas antes por Pep Guardiola, el Barça de ayer NO fue el Barça del año pasado. ¿Las razones? Más de una vez las hemos comentado. El sistema de juego del hexacampeón se ha venido basando en la inteligencia de Xavi y en la magia de Messi, como también en la seguridad de Puyol, en las paradas de Valdés y

Remuntada. Remontada. Sólo se habla de éso. En Catalunya y en cualquier lugar en que se reúnan uno o más aficionados culés. Hoy es el día. El gran día. Ninguno queremos recordar que si nos vemos en esta tesitura es porque hace 8 días jugamos un mal partido, en el que el Inter nos dio un baño, en el que Messi no brilló, Ibra no existió, la defensa fue un coladero y, last but not least, el árbitro fue ligeramente favorable al Inter. No nos gusta hacer autocrítica y preferimos invocar la épica. El eterno rival sabe mucho de éso. Por si le faltaba poco a este ¿señor?, ayer José Mourinho dijo que lo que realmente mueve al Barça en su deseo de jugar la final de la Champions es su antimadridismo. Mou el Odiado dijo, sin duda, una verdad como un puño de grande, pero en realidad estaba haciéndole un guiño a Florentino, que lo quiere de técnico para el año que viene. ¿No es lógico pensar que los hinchas del Barcelona son tan antimadridistas como antibarcelonistas son los aficionados merengues? H

Todavía me dura el cabreo de anoche. Así que, si sois madridistas y os apetece, como a tantos merengues declarados o tapados, burlaros de la derrota blaugrana ante el Inter, no os quejéis si os miro mal o si incluso os doy un par de gritos. Estoy cabreado. Con Mourinho, con Guardiola, con el árbitro... Vaya nochecita. Qué poco acostumbrados estamos, en este último año y medio, a perder, a encajar 3 goles y sólo marcar 1, y, sobre todo, a ser tan notoriamente inferiores a un equipo al que, para más INRI, hace pocos meses habíamos sido capaces de ganar sin mayores problemas. ¿La nube volcánica? ¿El larguísimo viaje en autobús? ¿La ansiedad tras el empate de Cornellá? ¿El arbitraje deplorable y ultracasero...? Excusas. Sólo excusas. Ayer Mourinho fue mejor estratega, y el Inter, mejor equipo. Así de claro. Todo lo demás son zarandajas y árboles que nos plantamos para no ver el bosque. Lo peor: nuestra defensa. Apenas podía creerlo. Incluso con Puyol y Piqué como centrales, se cometieron

Hoy el Barça tiene la misión y el deber de hacer que los merengones se traguen sus triunfalismos, sus órdagos y su fanfarronería. Ya que no supimos machacar al Espanyol como se merecía, al menos démosle lo suyo al Inter de Caradeperro Mourinho. Hoy en la portada del "Marca" puede leerse en letras bien grandes: "Mou, el hombre que puede impedir que el Barça juegue la final de la Champions en el Bernabeu". ¡Serán hijosdesumadre....! No se cortan un pelo a la hora de manifestar, en un medio de comunicación de tirada nacional, que quieren que el actual hexacampeón, el único equipo español que sigue en la competición futbolística más importante de Europa, caiga eliminado, con tal de no verle proclamarse campeón en su Templo sacrosanto. Vamos, lo mismo que dijo Guti ayer, pero con menos sinceridad y más rodeos. Y luego se quejan, con toda su cara dura, de que haya gente que odie al Real Madrid... Pero dejémonos de odios y vayamos al fútbol. Nuestro equipo desperdició el

Leer el "Marca", el único periódico deportivo al que puedo acceder durante mis breves escapas de la jornada laboral, es una experiencia muy poco recomendable para un culé, aunque, en honor a la verdad, no tan desasosegante como enfrentarse al "As". En el "Marca" de hoy, así, como de tapadillo, se insinúa que, este verano, Ibrahimovic será vendido al Manchester; Villa, fichado para sustituirle; y el joven canterano azulgrana Marc Bartra recalará en el Real Madrid. No sé de cuál de tamañas noticias me fío menos. Probablemente, de lo de Ibra. Que el sueco no ha triunfado totalmente en Can Barça no es ningún secreto. Pero de éso a afirmar que, tan sólo un año después, va a abandonar el club, media un abismo. Claro que si Zlatan se va, pero viene Villa, yo tampoco me echaré a llorar. El caso es que, de vez en cuando, sigue hablándose del goleador valencianista, sin que ello presuponga forzosamente la marcha de Ibrahimovic; para mí que no serían del todo incompa

Mientras que uno de los rasgos más negativos de los aficionados culés es que solemos desconfiar de los nuestros y dudar hasta última hora de nuestras posibilidades tras haber sufrido cualquier mínimo revés, lo más significativo de los merengues es que, todos los días y pase lo que pase, se jactan de que son los mejores, los más guapos, los más altos y los más anchos. Claro que tanta autoconfianza da paso al orgullo, y éste a la prepotencia y a la chulería. Son, todos ellos, calificativos que todos hemos leído alguna vez para definir lo que es el madridismo. Nosotros, para justificar nuestra convicción de que el Barça es el mejor equipo del mundo, tenemos que armarnos de seis títulos y un juego que enamora. A ellos les basta con decírselo a sí mismos, amparándose en la presión mediática de sus periódicos, radios y televisiones afines y con la aquiescencia de ese disparatado número de españolitos que, por cuestiones políticas, ha convertido al Madrid patriótico en adalid mesiánico contra

La portentosa exhibición de Messi anoche en el Camp Nou, que millones y millones de telespectadores pudieron presenciar en directo a través de la TV e internet, no hará sino confirmar a todos los mortales (excepto, ché, a los argentinos) que Leo es el mejor futbolista sobre el planeta. No hace fútbol, él es el fútbol; no es un jugador, es el inventor de sí mismo. Los elogios y los adjetivos en general se caen a pedazos por inútiles, y sólo cabe rezar a los santos deportivos del santoral para que siga dándonos mil y un momentos maravillosos como los de anoche. Ahora bien, cuanto más deslumbra el talento individual del rosarino, más evidentes son las carencias materializadoras de sus compañeros. Al tiempo que hay que celebrar que sus méritos se hayan bastado por sí solos para triturar a un Arsenal sin Cesc, hay que preguntarse qué hubiera pasado si él no hubiera tenido su noche, o si hubiera estado lesionado. Si todos estamos de acuerdo en que este Barcelona son Messi y 10 más, ¿qué pasa

Empieza la semana del Clásico, y las sensaciones son eminentemente positivas para los culés. Vale que no supimos masacrar a los del Arsenal cuando pudimos, pero, al menos, exhibimos en Europa media hora de juego simplemente espectacular. Vale que Ibrahimovic se lesionó durante el calentamiento frente al Athletic, pero su ausencia permitió que Bojan hiciera un partidazo y marcara dos golazos como dos soles. Las espadas están en alto para los dos trascendentales encuentros de estos seis días. Mañana, en el Camp Nou, no estarán ni Puyol ni Piqué ni Iniesta ni Ibrahimovic, que fue el único que pudo deshacer la preocupante impotencia realizadora que a punto estuvo de amargarnos el encuentro en el Emirates. Me cae muy bien el centrocampista de Fuentealbilla, pero su ausencia no se ha notado demasiado en los últimos partidos, como sí se notó la de Xavi en los choques precedentes. En cuanto a Zlatan, hay que esperar que Pep tenga buen juicio y vuelva a apostar por el joven Krkic, que parece es