La consecuencia de suicidarse es que uno se puede morir



El partido contra el Sevilla lo perdimos sin salir del túnel de vestuarios. ¿Qué se tomó Guardiola para perpetrar esa alineación tan descabellada como suicida? Parece mentira, pero aunque ahora se excusa diciendo "tenía que dar oportunidades a todos los jugadores de la plantilla", cosa que a mí me parece cojonuda, en realidad lo que estaba haciendo era subestimar o, más aún, faltarle al respeto a un equipazo como el de Manolo Jiménez. La cosa se ha puesto muy fea. Alinear a Pinto o a Bojan en Copa del Rey era algo lógico y previsible (ya lo fue durante la gloriosa campaña pasada), pero deconstruir el equipo de un modo tan rocambolesco no podía sino tener pésimas consecuencias. Que sí, que Xavi, Piqué, Puyol, Abidal y Busquets son humanos y tienen que descansar es cosa cierta y nadie lo discute, pero, demonios, ¿hay que darles descanso a todos juntos y durante el mismo encuentro? Asímismo, no es menos cierto que hay que darle minutos al recuperado Milito, el cual muchos pensábamos que jamás iba a poder volver, pero ¿era sensato ubicarle en una defensa en la que también estaban el pésimo Chygrynskyi y un poco acertado Maxwell? Yo mismo estaba deseando ver en acción al joven Thiago, pero ¿en el centro del campo y al lado de... Márquez...? Algunos dirán que tal disparate en forma de alineación lo único que perseguía era alejarnos de una competición no muy prestigiosa y que lleva el nombre del monarca del País al que el Barça no quiere pertenecer, y quizás -sólo quizás- tengan algo de razón. Ahora nos vemos obligados a hacer rotaciones en Liga y ante el Tenerife (un rival menor, pero no olvidemos que el Madrid nos echa el aliento en el cogote), para poder presentar batalla la semana próxima en el Pizjuán con los mejores efectivos disponibles. Muy chungo lo tenemos. Me temo que esta vez no va a haber triplete, así que deberemos conformarnos con sacar alguna que otra enseñanza de la debacle, como que Maxwell, hoy por hoy, no es sustituto posible para Abidal, que Bojan o bien ha roto un espejo para tener siete años de mala suerte o es que su calidad real ha sido magnificada por la prensa, o, sobre todo, que Dmytro el Ucraniano es más peligroso que la gripe A. Peligroso para nosotros mismos, se entiende. Tras dos o tres cortes afortunados se envalentonó y empezaron las imprecisiones, que culminaron con un agarrón estúpido que, aunque no fue realmente penalty, sí podía habérselo ahorrado. ¿Qué hemos hecho para merecerte, Chigrinski? ¿Qué te ha visto Pep para defenderte a capa y espada? Del colegiado Pérez Burrull mejor ni hablar. El Barça no está bien, ya lo venimos diciendo y padeciendo desde que comenzó la temporada, y echarle la culpa del 1-2 al árbitro sería un disparate que yo me niego a cometer.

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