Sin brillo, sin fútbol


Pésimo partido el del Barça de anoche. Estaba cantado que Guardiola iba a hacer rotaciones, convenientes para proporcionar minutos a los futbolistas que juegan menos, y necesarias para dar algo de descanso a los cracks que se erigen en estrellas del equipo. Supongo que también debió influir la nulidad ofensiva del equipo anfitrión, un Xerez que se defendió relativamente bien pero que, en las pocas oportunidades de gol que tuvo, tan sólo supo hacerle cosquillas a Valdés. Los enemigos potentes te hipermotivan; los débiles, te causan apatía. Así jugó ayer el Barcelona: apático, sin ganas, sin ideas, sin fútbol. Muy poco positivo puede decirse de lo que obtuvieron los de Guardiola, a excepción de los tres puntos que nos permiten situarnos a cinco por encima del Madrid, lo cual no deja de ser un espejismo para idiotas porque los blancos han jugado un partido menos. Por el contrario, los errores y las críticas podrían llenar varios artículos como éste. Para empezar, los monumentales, reiterativos y peligrosísimos fallos defensivos, que nos hubiesen podido causar un serio disgusto de haberse dado ante un oponente de mayor enjundia. La pareja de centrales, Márquez y Chygrynskyi, como era de esperar, no tuvieron su noche (pero ¿cuándo la tienen?). Lo del ucraniano es cada día más preocupante y va camino de convertirse en el nuevo Martín Cáceres; sus despistes y fallos de posición propiciaron casi todas las oportunidades xerecistas. Pero es que Márquez, que acaba de renovar hasta 2012, tiene aún más delito. En lugar de ejercer la que se le supone su mayor virtud, la salida con el balón controlado, se limitó a dar pases largos y fallidos que constituían agradecidos regalos para los rivales. Pep, por el amor de Dios, que se trataba de un partido de Liga, no de un amistoso o un bolo estival, ¿a quién se le ocurre desguarnecer así nuestra defensa? Si de verdad considerabas necesario rotar, haberlo hecho con uno de los centrales titulares (Puyol o Piqué), ¡pero no con los dos al mismo!. En el centro del campo, se notó particularmente que Xavi no está fino, pero fue arriba, en la delantera, donde más negados estuvieron de cara a la portería contraria. Bojan no supo aprovechar la titularidad como casi siempre suele hacer, y deambuló como alma en pena por un campo que parecía un purgatorio lleno de baches; Pedro quiso pero no supo, y Henry… Henry se empezó a merecer la sustitución a los cinco minutos de partido, pero ¡ay!, se encontró con un golito que igual hasta le reconcilia con la afición. Algo hay que hacer con este hombre, que parece un mal clon de sí mismo. Tampoco los cambios que diseñó Guardiola me parecieron afortunados, a excepción de la salida de Ibrahimovic. En el momento en que sacó a Messi, yo hubiera sacado a Iniesta, que hubiera convulsionado simultáneamente la media y la delantera, pero es que, cuando Pep mandó salir al manchego, el momento era tan gratuito como innecesario. En fin, ganamos, sí, pero… No todos los partidos salen como el de hace una semana ante el Inter. Esperemos que quien tiene que tomar nota, la tome con buena letra.

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