Eto'o y Ribéry

Ya estamos casi en verano y, aparte de los partidos de la Selección, hay poco que contar en cuanto a fútbol se refiere. Sobre todo, trascienden los fichajes que Florentino Pérez trata de cerrar, y apenas hay hueco para que se hable de aquéllos que el Barça intenta efectuar. Ahora parece que Eto’o se queda, aunque no deja de ser una decisión un poco cobarde. Como ya se sabe lo conflictivo que es el chico, y parece que no se le encuentra un comprador que le acomode, lo más razonable es ahorrarse el enfrentamiento, tragarse el orgullo y comérnoslo con patatas una temporada más. La prensa madrileña llama “ingratos”, “desagradecidos” y “ruines” a Guardiola, Laporta y Txiki por intentar darle el pasaporte a Samu después de éste se ha dejado la piel en el campo, quedando segundo máximo goleador de la Liga e incluso marcando el primer gol en la final ante el Manchester. Yo no creo que tengan razón. Pienso que un entrenador tiene derecho a confeccionar la plantilla según le parece mejor, y, ya el año pasado, Guardiola intentó sacarse de encima al camerunés. Que se haya visto obligado a llevarse bien con él e incluso haya sabido sacarle el mejor rendimiento posible no creo que le obligue a mantenerlo eternamente. Qué hipócritas son los del “Marca” y el “As”. Encima, critican a Laporta porque dice verdades como puños cuando habla de que Florentino estaba dinamitando el mercado de fichajes. Para muestra, un botón. Como ya hemos repetido mil veces, el Barça tenía un precontrato verbal con Ribéry, que estaba loco por vestirse de azulgrana a cambio de entre 30 y 40 millones. Pero claro, llega el nuevo Presidente blanco, al que, al parecer, no le cuesta nada dilapidar su patrimonio empresarial, y anuncia a bombo y platillo que está dispuesto a pagar hasta 50. Conclusión: el Bayern tasa ahora al futbolista en 100 millones, y, muy probablemente, tanto unos como otros tendrán que ir a pescar a ríos menos revueltos.