Qué difícil es ganar en Europa

Parecía que todo iba a ser de color de rosa tras la manita (5-0) al Sevilla del pasado sábado, pero ante el Copenhague las cosas no salieron igual.  Retornó la atracción fatal entre Villa y los postes y además se contagió Pedro, se marcó un bonito gol pero se tardó menos de un minuto en regalar el empate, y la fiesta no tuvo un final precisamente feliz.  El Xavi del martes no fue el del sábado, ni muchísimo menos.  Si el egarense no está fino lo notamos todos y, lo que es peor, lo sufre el equipo.  Con Xavi en plan estelar como ente los sevillistas todo es más fácil y más bonito, pero cuando el hombre está apagado, la verdad es que no hay nadie que dé luz.   La prensa deportiva madridista ya dice sin tapujos que su tendinitis aquiliana es crónica y que el futbolista no podrá volver a jugar tan asiduamente como hasta ahora, mientras que los periodistas catalanes están convencidos de que, con el tratamiento adecuado, Xavi volverá a ser el de siempre.  Yo creo que unos lo exageran con malas intenciones desestabilizadoras, y que otros pretenden dulcificarlo para mantener intacta la esperanza.  Seguramente lo único que pasa es que los casi treinta y un años del muchacho tienen que notarse de uno u otro modo, y que, por supuesto, sin enterrarlo prematuramente, hay que ir pensando en mimarlo, dosificarlo e ir buscándole un sucesor (ya sea Cesc, Thiago, Jonathan o quien proceda).  Yo soy de los que piensan que Xavi es el auténtico número uno, el mejor jugador del mundo, y que no existe nadie que esté a su altura, pero la Naturaleza es inflexible y todos los genios dicen adiós alguna vez.  Pero no sólo Xavi no estuvo fino ante los daneses.  ¿Qué decir de los fallos infantiles de Piqué, como un absurdo regate en el borde del área que a punto estuvo de costarnos carísimo y requirió la vertiginosa intervención de Puyol?  ¿Y esa salida alocada de Valdés con las rodillas por delante, y que ha dado la vuelta al mundo por su excesiva virulencia?  Pero lo peor no es lo que acabo de comentar, sino la apatía de Guardiola, apatía en el sentido de que pudo hacer más de lo que hizo, y lo que hizo estuvo fatal.  Con el 1-1 en el marcador se comportó como si fuésemos ganando 0-4, y no sólo mantuvo en el campo a un Keita cada vez más apagado sino que, cuando se decidió a sacar a Pedro (que debió entrar de inicio, o, como mucho, al comienzo de la segunda mitad), a quien retiró fue ¡a Villa!, que, con buena o con mala fortuna, por lo menos se machaca y abre huecos.  Los 13 ó 14 minutos que PR17 disputó estuvieron llenos de electricidad y sobrados de ocasiones, y poco faltó para que pudiéramos obtener el gol de la victoria y de la tranquilidad.  Pero aún faltaba lo peor.  Qué feo estuvo ese forcejeo entre Pep y el técnico rival Solbakken.  De acuerdo que el hombre criticó con dureza las picardías de Pinto, le llamó "manzana podrida" y pidió una sanción más dura para él, pero Guardiola nunca debió entrar al trapo de esa manera barriobajera.  Creo que le afectaron las palabras de Cristiano Ronaldo cuando dijo que "Mourinho era el padre del Real Madrid" y él quiso ejercer de padre del Barcelona, pero ni sus aspavientos ni sus empujones estuvieron bien.  Vuelvo a decir que dudo mucho de que Pep siga un tercer año, y, desde luego, todos los problemas internos del club y ese displicente absentismo de Rosell, con el que casi nunca se puede contar, no son el entorno idóneo para plantearse su renovación.  Mientras tanto, los merengues empataron anteanoche con el Milan de Ronaldinho e Ibrahinovic, lo que les clasifica matemáticamente para la siguiente ronda.  Yo nunca veo un partido del Madrid, pero con el rabillo del ojo pude ver nuevamente el cada vez más triste ocaso de Ronnie, y éso me deprimió, casi tanto como el tardío gol de Pedro León, que evitó a última hora la derrota del Mou Team.  Confieso que me hubiera encantado que, después de tanto triunfalismo, mordiesen el polvo italiano (¿qué diablos?, tanto como a ellos les encantan nuestras derrotas), pero, al menos, quien marcó el gol salvador fue un murciano, el muleño Pedro León, de forma que, al menos, la Comunidad donde vivo se vio lejanamente beneficiada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El adiós de Xavi

Demasiadas excusas

Fin de año futbolístico