De capa caída


¿Tendrán algo de razón quienes, desde Madrid, tanto cacarean acerca del "Fin de Ciclo" y de la "Crisis" del Barça? Posiblemente no, espero que no. Pero el espectáculo de anoche fue tan bochornoso (recordémoslo: quien jugaba contra el Stuttgart no era un equipo del montón, sino el considerado "Mejor Equipo del Mundo", el ganador de 6 copas en el año 2009) que merece la pena detenerse un poco a analizar las cosas. Al final, en contra de lo que yo proponía, Pep decidió alinear a Xavi, recién salido de una lesión y que, contra todo pronóstico, jugó todo el partido sin resentirse. Pero, así y todo, los nuestros no jugaron ni de lejos como se supone que saben hacerlo. Sobre todo en una primera parte penosa, vergonzosa, patética. Muchos pensábamos que las derrotas ante el Sevilla en Copa del Rey o ante el Atleti en Liga iban a tener un efecto positivo sobre los jugadores, pero, lamentablemente, ayer se vio que estamos a años luz de nuestro mejor nivel. Y vuelvo a decir que o nos aferramos a la excusa de las ausencias, o muy poco podemos alegar en nuestra defensa. Pero ¿qué ausencias teníamos ayer? Algunas muy significativas (Alves, Abidal), y otra que cada día canta más: Samuel Eto'o. Que sí, que fue Ibrahimovic el único vestido de blaugrana que vio puerta, pero, a medida que pasan las semanas, más y más echo en falta el empuje, la agresividad, la fiereza del león camerunés. Vale que fuera del campo era un bocazas, pero ¿no hubiera sido preferible tragarse la ausencia de feeling y comprarle un bozal o una mordaza? En fin, ésto es lo que hay. Si nos jode que nos digan que este Barça no es el del año pasado, por mucho que la inmensa mayoría de los futbolistas sean los mismos, tendremos que apechugar y aguantarnos, porque, con un juego como el que exhibimos ayer en todas las televisiones europeas, dudo mucho que lleguemos siquiera a semifinales. Yo no sé a quién echarle la culpa. Supongo que es inevitable que se note la falta de Abidal y, sobre todo, Dani Alves, porque Maxwell y Puyol está comprobado que, como mucho, pueden ser suplentes voluntariosos para una ocasión muy puntual, pero para hacer de lateral, capaz de subir y bajar y resultar tan peligroso en ataque como infranqueable en defensa, hace falta más de lo que ellos tienen. Y, claro, si Puyol no está en el centro de la zaga, tenemos que poner a Márquez, ese hombre, ya en la recta final de su carrera, que se está haciendo cada vez más aficionado a los agarrones y los empujones. También fue un error, para mí, reiterativo, lo de ubicar a Iniesta como extremo izquierdo, cuando donde el de Fuentealbilla puede desplegar su magia es algunos metros más atrás, más o menos al lado de Xavi, con el que forma una pareja sorprendentemente bien avenida, que en la primera parte frente al Stuttgart brilló por su ausencia. Que Ibra, en demasiadas ocasiones, parece que perjudica más que aporta, no es la primera vez que lo digo: se pasa la vida en fuera de juego, se encara de mala manera con los rivales y sus goles caen con cuentagotas. No me gustaría estar en tu pellejo, Pep; no cuando todo el mundo se da cuenta de que, a pesar de que los que bajan al campo son más o menos los mismos, el juego del equipo ni se asemeja al del año pasado.

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